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En el corazón de una de las bahías más bellas del mundo, entre el Mont-Saint-Michel y Saint-Malo, la pequeña ciudad de Saint-Benoît-des-Ondes tiene muchas invitaciones para descubrir su litoral. La natación, el senderismo, los descubrimientos culturales y gastronómicos marcarán esta estancia en Bretaña.
Situada a orillas del Marais Blanc, Saint-Benoît-des-Ondes tiene sus orígenes en el siglo XII. Construido sobre depósitos de mariscos, arena y bancos de conchas creados por el viento y las mareas, Saint-Benoît-des-Ondes fue adornado con un dique en su cordón de dunas durante el siglo XI, separando el mar de la ciénaga. Este dique, llamado "dique de la duquesa Ana", le llevará a descubrir los panoramas más bellos de la bahía de Mont-Saint-Michel, salpicada de marismas, salinas y pólderes, hasta la desembocadura del Couesnon, que marca la frontera entre Bretaña y Normandía. El EV4, el Circuit du Marais de Dol, pero también la Voie Verte de la Baie du Mont-Saint-Michel serán ideales para descubrir toda la bahía y sus marismas a pie o en bicicleta, entre caminos sombreados y rutas marítimas. También se puede llegar a la Pointe du Grouin (a 12 kilómetros) en pocos minutos: este espolón rocoso, un lugar maravilloso para observar el mar, es de una belleza impresionante. Ofreciendo uno de los paisajes más grandes y elegantes de Ille-et-Vilaine, le ofrecerá en un abrir y cerrar de ojos un mirador desde Cap Fréhel hasta la bahía de Mont-Saint-Michel. Un espectáculo grandioso en cada época del año, que puede permitirle, como si fuera la guinda del pastel, observar a los delfines nadando desde la punta. Pero si hay un lugar para visitar durante sus vacaciones en Saint-Benoît-des-Ondes, es sin duda su Belvedere des Ondes: un antiguo molino del siglo XVIII frente a la bahía, este monumento restaurado y transformado en una obra de arte ofrece una impresionante vista panorámica de toda la bahía desde su azotea, que no puede perderse bajo ningún concepto. Desde esta perca también se pueden observar, a tres kilómetros de la costa, las tradicionales pesquerías que en su día se utilizaban para atrapar peces de costa a costa, para una pesca sencilla y menos costosa. Aunque la pesca a pie era la actividad principal del pueblo en ese momento, ahora depende del turismo, pero también de los mariscos y los mejillones.
¿Quieres nadar? Diríjase a las playas de Cancale, un balneario cercano conocido por sus deliciosas ostras. Hay 6 playas en Cancale que son perfectas para tomar el sol, pero también para practicar deportes acuáticos. Según sus deseos, podrá navegar, hacer kayak de mar (hacia Saint-Malo en particular), catamarán, remo de pie... También le recomendamos que lleve su visita un poco más lejos hacia Saint-Malo: con sus galerías de arte, sus legendarias Malouinières, sus fortalezas, sus islas y sus famosas murallas, Saint-Malo es uno de los lugares más famosos de Bretaña. Entre una visita cultural y una degustación gourmet (torta bretona, ostras, mejillones, galletas saladas, Kouign Amann...) también puede elegir ir al mar para descubrir las islas Channel de Jersey, Guernsey o Herm.
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