El nombre de la región Provenza-Alpes-Costa Azul es una invitación a viajar. Es difícil no imaginarse las hermosas playas y las pequeñas calas de la Costa Azul, las colinas y los encantadores pueblos de la Provenza y, por último, el aire puro y las montañas salvajes de los Alpes de Alta Provenza y los Altos Alpes.
De Menton a Hyères, entre el mar y la montaña, la Costa Azul le invita a las míticas playas de Saint-Tropez, Cannes, Niza... para practicar numerosos deportes náuticos (vela, surf, kayak, paddle, buceo...) o para relajarse bajo el sol del Mediterráneo. En este encantador entorno, también podrá zarpar hacia las famosas islas doradas (Le Levant, Port-Cros, Porquerolles) y descubrir verdaderos rincones del paraíso. Una vez que se haya saciado de yodo, aproveche la belleza del interior para dar largos paseos a pie o en bicicleta de montaña y descubrir los hermosos pueblos de la Provenza. En los Alpes, surque los cielos en un ultraligero o un parapente, practique el barranquismo y el rafting y, en invierno, déjese deslizar por las pistas de las grandes estaciones de esquí (Pra-Loup, Serre-Chevalier...).
A continuación, salga a descubrir el extraordinario patrimonio de la región. En Marsella, pasee por las orillas del Vieux-Port, suba a la basílica de Notre-Dame de La Garde y visite el MuCEM, un magnífico museo dedicado a las civilizaciones del Mediterráneo. En Aviñón, disfrute del Palacio de los Papas, del puente de Saint-Bénezet, patrimonio mundial de la Unesco, y de las calles medievales del centro histórico. Después, vaya a Arles, la capital de la Camarga, que cuenta con un excepcional patrimonio romano, a Carpentras por su catedral de Saint-Siffrein y su palacio episcopal, a Aix-en-Provence para ver el estudio de Cézanne y el museo Granet, a Fréjus por su arena, su acueducto y su museo arqueológico...
Los amantes de los grandes espacios quedarán encantados con la diversidad y la belleza de los parques naturales situados en Provenza-Alpes-Costa Azul: La Camarga, las Calanques, el macizo de los Maures, el macizo del Esterel, el Verdon y sus suntuosas gargantas de aguas esmeralda, el Luberon y su Colorado provenzal, el Mercantour, las Queyras, los Écrins... Por el camino, no dude en detenerse en agradables restaurantes para degustar los soleados sabores de la gastronomía regional: tapenade, sopa de pistou, bouillabaisse, fougasse, ratatouille, ravioles, estofado provenzal o comtadino, turrón, pastel tropezón...