¿Busca unas vacaciones tranquilas? Abundancia de naturaleza, paisajes cambiantes, autenticidad y descubrimientos culturales en un lugar lleno de historia donde se vive bien... Diríjase a Saint-Jean-de-Valériscle.
El pueblo de Saint-Jean-de-Valériscle está situado a 16 kilómetros al norte de Alès. En el departamento de Gard, en la región de Occitanie, este encantador pueblo está situado en la confluencia de la Lozère y la Ardèche, a pocos pasos de las Cévennes. El pueblo lleva escribiendo su historia desde hace siglos, ya que se han encontrado restos prehistóricos en su territorio. Ciudad galo-romana orientada principalmente a la agricultura, el pueblo de Saint-Jean-de-Valériscle se orienta hoy esencialmente al turismo y a la producción de aceite de oliva, un aceite especialmente apreciado en la zona y que los visitantes gustan de traer en sus maletas. Sin duda, el pueblo viejo es la parte más encantadora de Saint-Jean-de-Valériscle. En particular, el barrio medieval de Le Barry, rodeado de grandes murallas, es una auténtica pepita de oro que le sumergirá en el corazón de la historia. Aquí, a lo largo del río Auzonnet, el tiempo parece detenerse, las calles enmarañadas parecen tener alma, las casas antiguas cuentan su leyenda y los pasajes abovedados le llevan a descubrir muchas maravillas. En el pueblo, las hermosas fachadas renovadas con gusto, las casas de la Edad Media, pero también la iglesia románica no dejarán de deleitar a los amantes de las piedras bonitas. Destruida durante las guerras de religión, la iglesia románica de Saint-Jean-de-Valériscle es uno de los lugares más visitados de este pueblo medieval, por su arquitectura y sus bellas decoraciones. Además de esta visita, también podrá visitar el Museo del Escudo de Armas, el Château du Barry del siglo XIII (privado), y descubrir los alrededores gracias a las numerosas rutas de senderismo.
Antes de hacer la maleta, asegúrate de que te has puesto unas zapatillas cómodas, ¡es nuestro consejo! Porque aquí, la actividad principal es el senderismo. Desde los restos del ramal ferroviario que antiguamente se utilizaba para transportar el carbón extraído de las minas de la ciudad, o a través de las rutas rurales de los bosques vecinos, se puede caminar hacia los restos del castillo de Maricon, la capilla de Notre-Dame des Oliviers o la cruz de Mortisson. Un poco más al norte, a 14 kilómetros, la Grotte de la Cocalière es una visita obligada en la zona: conocida como una de las cuevas más bellas de Francia, esta gruta de 35 millones de años de antigüedad asombra a los visitantes con sus cámaras subterráneas llenas de concreciones de calcita, cortinas y muchas curiosidades geológicas. El castillo de Portes (a 14 kilómetros), el castillo de Montalet (a 13 kilómetros) o las ruinas del castillo de Allègre (a 13 kilómetros) completarán su estancia en Saint-Jean-de-Valériscle.