Antigua ciudad medieval, Arnay-le-Duc es un verdadero tesoro. Con su rico y variado patrimonio arquitectónico, su entorno natural y su ambiente acogedor, esta encantadora ciudad es el lugar ideal para dejar las maletas y pasar unas vacaciones diferentes.
En el departamento de Côte-d'Or, en la región de Borgoña-Franche-Comté, Arnay-le-Duc se encuentra entre el Auxois y el Morvan. Municipio rural con una historia muy antigua, ya estaba ocupado en la época romana, ya que se encontraba en la vía romana que unía Langres con Autun. Importante encrucijada de caminos, impactada durante las Guerras de Religión, el pueblo es conocido por haber sido uno de los lugares de paso de la famosa jirafa ofrecida a Carlos X por Mehemet Ali en su viaje a París, que en 1827 fue la primera jirafa viva que pisó suelo francés. Pueblo de menos de 1400 almas, Arnay-le-Duc posee un patrimonio variado y muy marcado, que tendrá el placer de descubrir durante su estancia. En la lista de lugares que no debe perderse durante su visita, la iglesia de Saint-Laurent ocupa un lugar destacado: construida en el siglo XIII, esta imponente iglesia de aspecto gótico contiene un pulcro interior de estilo neoclásico. Con sus 10 capillas y sus numerosas obras de arte, la mayoría catalogadas (estatuas, monumentos, escultura de madera policromada de Saint-Michel, pinturas murales, etc.), es sin duda uno de los monumentos que no debe perderse durante su visita a Arnay-le-Duc. Pero la lista de monumentos religiosos del pueblo no termina ahí, ¡ni mucho menos! También podrá descubrir el Convento de Capuchinos de Arnay-le-Duc, el Convento de Ursulinas, el Priorato de la Orden de Saint-Benoît en el lado del faubourg Saint-Jacques, así como los hospicios del siglo XVII de Saint-Pierre, que ahora albergan la Maison régionale des Arts de la Table. Además de este patrimonio religioso, existe un reconocido patrimonio construido, emblemático de la ciudad, que debe descubrir, como el hospital, la "Maison Bourgogne", magnífica residencia medieval que alberga la Oficina de Turismo, así como la Torre de la Motte Forte, último vestigio de un antiguo castillo feudal del siglo XII. La otra estrella del pueblo es el Castillo de Arnay-le-Duc: antiguamente conocido como "Castillo de los Príncipes de Condé" o "Manoir de Juilly", fue construido en el siglo XVI y es fácilmente identificable gracias a su torre poligonal llamada "Tour Marguerite de Bourgogne", cubierta con un tejado imperial que da a la estructura un caché muy especial. Si no puede visitarlo, ¡sin duda puede tomarse el tiempo de admirar su arquitectura desde la calle!
No muy lejos del pueblo, el centro de ocio del estanque de Fouché es una parada obligatoria para refrescarse en familia o entre amigos. El lugar es perfecto para holgazanear, pasear por el campo, bañarse al sol o practicar deportes acuáticos como los botes de pedales o los toboganes. Perfecto para relajarse y hacer de sus vacaciones culturales un descanso en plena naturaleza. Por último, nuestro consejo: para los amantes del senderismo, el volcán Aprées, situado justo al norte del pueblo, es una visita obligada para descubrir la increíble belleza de la región.