Historia, patrimonio encantador, dinamismo y gastronomía gourmet hacen de Charleville-Mézières una visita obligada para quienes sueñan con unas vacaciones culturales y sorprendentes. Con una gran cantidad de sitios para descubrir y actividades para realizar en familia, con amigos o en pareja, Charleville-Mézières está llena de tesoros para compartir. Así que haz las maletas.
La ciudad de Charleville-Mézières está situada en el departamento de las Ardenas, en la región del Gran Este. Capital de las Ardenas a orillas del Mosa, esta joya de la arquitectura y la historia es una ciudad de renombre, famosa por su Plaza Ducal y su festival internacional de marionetas. Para comenzar esta visita, detengámonos en la plaza Ducal: fundada por Charles de Gonzague en 1606, la plaza Ducal de Charleville-Mézières tuvo como modelo nada menos que la plaza de los Vosgos. Con su claustro urbano cerrado por pabellones de piedra, pizarra y ladrillo, esta emblemática plaza fue clasificada como Monumento Histórico en 1946. Verdadera joya arquitectónica del siglo XVII, construida en un elegante estilo barroco, maravilla por la belleza de sus galerías de arcadas poéticas que albergan tiendas y restaurantes en los que puede sentarse a comer en la terraza. Merece la pena visitar otros muchos lugares alrededor de la plaza, como la Tour du Roy, la Porte de Bourgogne o la Tour Milart, testigos actuales de las antiguas fortificaciones que rodeaban el corazón de Charleville-Mézières. Cerca de la Plaza Ducal, justo entre el Museo de las Ardenas y el Instituto Internacional de la Marioneta, merece la pena visitar el Grand Marionnettiste: un reloj monumental con autómatas, es conocido por declamar a cada hora una de las doce escenas de la leyenda ardenesa de los "Cuatro Hijos de Aymon". Las fortificaciones, la basílica de Notre-Dame-d'Espérance, el Ayuntamiento, los bellos edificios con fachadas Art Decó, la iglesia de Sainte-Jeanne-d'Arc y el Parque Natural Regional de la Côte des Bois-en-Val se sumarán a su lista de visitas.
¡Pero eso no es todo! Tierra de inspiración, Charleville-Mézières es también la cuna de Arthur Rimbaud. Así, desde 2015, la ciudad cuenta con un "Sendero de Rimbaud": tachonado de frescos, ofrece a los visitantes la posibilidad de pasear por Charleville-Mézières y redescubrir las obras más populares del artista, así como algunos de los lugares clave de su historia. También es imposible no visitar el Vieux Moulin, que alberga el Museo de Arthur Rimbaud y es también el punto de partida de los paseos en barco por el Mosa, algo imprescindible en un día soleado. Un último consejo: no se pierda la excursión al Monte Olympe para descubrir una impresionante panorámica del Mosa a su paso por Charleville-Mézières desde este verde entorno.