Extendido desde las laderas del monte San Angelo hasta Pinarello, Sorbo-Ocagnano es uno de esos pueblos con encanto de los que Córcega tiene el secreto. Entre panoramas de ensueño y actividades al aire libre, paseos por el mar y ociosidad, es el lugar perfecto para dejar las maletas para los veraneantes en busca de autenticidad e interludios soleados. Vamos!
Sorbo-Ocagnano se encuentra en el departamento de Haute-Corse, a pocos pasos de Bastia. Pequeño municipio de apenas 800 almas, situado en la pieve de Casinca, está históricamente separado en dos partes, con Sorbo a un lado, y Ocagnano al otro, situado en un valle en las alturas. Sorbo-Ocagnano es un municipio rural bastante tranquilo, situado justo al sur del estanque de Biguglia, en la costa oriental de la Isla de la Belleza. Sorbo es pura autenticidad: con su antigua iglesia de San Petru del siglo XV, la aldea de Sorbo merece una visita para descubrir las impresionantes vistas sobre los valles que conducen al mar. En cuanto a Ocagnano, que toma su nombre del arroyo que nace allí, disfrutará de un tranquilo paseo por las antiguas casas de piedra, como si estuvieran congeladas en el tiempo, y las numerosas escaleras que dan al pueblo su carácter especial. Numerosas fuentes, iglesias y capillas completarán su visita al pueblo.
Para que no se pierda nada del pueblo y de la maravillosa naturaleza que lo rodea, Sorbo-Ocagnano cuenta con varias rutas de senderismo que son perfectas tanto para los caminantes principiantes como para los aficionados a los senderos. El camino de los canales de Casinca, o la ronda de las capillas románicas le permitirán sumergirse en el corazón de la campiña de la Haute-Corse!
Aunque el corazón del pueblo está bastante alejado del mar, sólo tardará unos minutos en llegar a las más bellas playas de la costa. La playa principal de Sorbo-Ocagnano es una verdadera joya, que se extiende por algo más de un kilómetro de arena clara. De fácil acceso, hará las delicias de los amantes de los espacios abiertos y la tranquilidad. Situado en el corazón de un entorno preservado, no está vigilado pero tiene el mérito de ser muy poco frecuentado, lo que garantiza hermosos interludios de calma frente al mar. Podrá tomar el sol, nadar, remar e incluso jugar en la arena con su perro, siendo tolerada la presencia de animales.
Excursiones por el mar, viajes a Bastia donde abundan los restaurantes y los deportes acuáticos, caminatas por el maquis y descansos bajo el sol harán sin duda que estas vacaciones en Córcega sean inolvidables.