Encantadora y bailando, Sevilla es uno de los destinos favoritos que te hará caer bajo el encanto de Andalucía. Situada a orillas del río Guadalquivir, Sevilla se puede visitar tanto en invierno como en verano. Si bien es común poder caminar en camiseta en diciembre, el verano es muy (muy) caluroso, ya que las temperaturas pueden alcanzar fácilmente los 40°C. Es sin duda en primavera cuando Sevilla es la más codiciada, con motivo de la "Semana Santa" y la "Feria de Abril", donde turistas y sevillanos se mezclan en un ambiente festivo.
Sevilla es uno de los mayores centros históricos de Europa. Con su atrevida arquitectura, suntuosas plazas, iglesias y lujosos palacios, esta increíble ciudad no te dejará en la oscuridad. En el centro de la ciudad, se encuentra la famosa Catedral de Notre-Dame du Siège: imponente, este edificio gótico le sorprenderá por su compleja y original arquitectura. Fastuosamente decorado, alberga numerosas obras de orfebrería, pinturas que representan la vida de Cristo y la tumba de Cristóbal Colón. Suba a la cima del campanario de la Giralda (un antiguo alminar) para disfrutar de una vista única de toda la ciudad. Justo al lado hay una verdadera joya, que es una visita obligada: el Palacio del Alcázar. Este edificio morisco encarna a la perfección la preciosidad de la arquitectura andaluza: sus magníficos jardines y fuentes lo convierten en un lugar perfecto para pasear. No lejos de allí, deténgase en la Plaza de España, en forma de hemiciclo: construido para la Exposición Iberoamericana de 1929, es uno de los monumentos más magníficos de Sevilla. Sus canales, azulejos, puentes, fuentes y bancos tienen una historia que contar. También es una visita obligada para los fans de la saga de Star Wars, ya que se utilizó para rodar el episodio II, "The Clone Attack". Más a la izquierda de la plaza, tómese su tiempo para visitar la antigua fábrica real de tabaco: ahora convertida en universidad, empuje su puerta para ver sus patios y sus magníficas fuentes. En la esquina de la calle San Fernando se encuentran los Jardines Murillo. Sus árboles centenarios y su colorida vegetación ofrecen al visitante en busca de frescura un marco ideal para descansar. El típico barrio de Santa Cruz también merece una visita: este antiguo y colorido barrio judío está lleno de callejones estrechos, plazas y terrazas, perfectas para refrescarse con el calor andaluz. Navegue bajo la sombra de sus naranjos, y continúe su descubrimiento de Sevilla yendo al remanso florido de paz de la Casa de Pilatos, para unas horas de relajación.
La ciudad también alberga una amplia gama de museos: el Museo de Bellas Artes, el Museo del Flamenco, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y el Museo de la Cerámica hacen de Sevilla una importante capital cultural.
Déjese llevar por la alegría y el cálido ambiente de esta extraordinaria ciudad. Por la noche, cruzaremos el puente Isabell II para llegar a la zona de Triana. Pasear por su mercado cubierto para degustar quesos, delicatessen y vinos locales antes de aventurarse hacia la "Calle Betis", una calle llena de restaurantes que seguramente hará que sus papilas gustativas viajen con los sabores de los sabores españoles. En este barrio de marineros, gitanos y bailarines, cuna del flamenco, comerás al son del zapateo y de las canciones tradicionales. También puede asistir a espectáculos de flamenco como los "Tablaolosgallos", reconocidos en todo el mundo.
Con sus arenas, sus tiendas llenas de flores y sus vestidos de lunares, Sevilla está marcada sin duda por la tradición. Nos guste o no la tauromaquia, la tauromaquia es uno de los acontecimientos más importantes del folclore andaluz. La "Plaza de Toros de la Maestranza" merece una mirada: la fachada barroca encalada con cal de las arenas es de asombrosa belleza. Por último, si lo desea, tendrá la oportunidad de asistir a una corrida de toros, para una inmersión total en el corazón de las tradiciones locales.