Situada en la provincia del mismo nombre, Alicante es uno de los destinos más populares de la Costa Blanca. En el sureste de España, en un entorno encantador entre palmeras, montañas y playas de arena fina, Alicante es el lugar ideal para unas vacaciones culturales y exóticas.
Sol, playa, mariscos y cultura: así es como puedes resumir brevemente cómo podría ser tu estancia en Alicante. Conocida sobre todo por sus hermosas y soleadas playas, Alicante tiene una espléndida costa de arena fina y suave, ideal para descansar bajo el sol español. Desde playas a calas, desde puertos a paseos marítimos, Alicante le deslumbrará con su dinamismo. La playa de San Juan es sin duda la más conocida de Alicante: famosa por sus aguas cristalinas y su decoración de postales, esta playa, salpicada de sombrillas y pequeñas y coloridas cabañas, es muy popular entre los entusiastas de los deportes náuticos que disfrutan del esquí acuático, la vela, el surf, el jet-ski, el bodyboard y el remo. Sus campos de voleibol de playa y de fútbol, así como su paseo marítimo, repleto de restaurantes, chiringuitos y otros bares, son ideales para saciar la sed después de un paseo. Más en el corazón de la ciudad, la playa del Postiguet es una visita obligada: situada muy cerca del Paseo de la Explanada, es apreciada por las familias gracias a sus hamacas, sus zonas deportivas al aire libre y sus puntos de buceo. Las playas de Saladar Urbanova, Agua Amarga, Almadraba o Cabo de la Huerta serán perfectas para burbujear bajo el sol mientras se disfruta de las numerosas instalaciones disponibles frente al mar. Por la noche, los paseos marítimos son el lugar ideal para un aperitivo junto al mar, seguido de un restaurante y una velada festiva en los bares y pubs de la comarca.... Esta práctica, llamada aquí el "tardeo", es casi un deporte nacional en Alicante! Un lugar festivo para desear, este balneario ofrece un amplio abanico de celebraciones a lo largo de todo el año: Semana Santa, Carnaval, las "Fogueres de San Juan" en junio, las romerías al monasterio de Santa Faz, y muchas otras celebraciones que marcan la vida de Alicante tanto en verano como en invierno.
Alicante, además de ser una ciudad para vivir, es también una ciudad para visitar. Con una capital histórica muy fuerte y un fuerte patrimonio arquitectónico, Alicante es una ciudad donde nunca se puede aburrir. Empiece con un paseo por la Plaza de San Cristóbal: con sus edificios de los siglos XV y XVIII, como el Ayuntamiento y su arquitectura barroca, Alicante es definitivamente una ciudad marcada por la historia y el arte. La basílica de Santa María y sus decoraciones barrocas y rococó (en una antigua mezquita), pero también la calle San Isidro, la rambla Méndez Núñez, el Barrio Santa Cruz, la calle Labradores, la catedral de San Nicolás del siglo XVII o el castillo de Santa Bárbara son algunos de los puntos destacados. Este último merece una visita especial: encaramado en el monte Benacantil a 166 metros de altura, este imponente edificio medieval, con su promontorio que domina toda Alicante, su bahía y sus playas al pie. Accesible a pie o en ascensor, ofrece desde La Torreta, su recinto más alto, una incomparable vista panorámica al atardecer.
Por último, la gastronomía tiene un papel importante en Alicante: en ella se pueden degustar multitud de restaurantes de tapas, paellas, embutidos, pescados frescos, arroces en todas sus formas, esmorçaret alicanti y otros calamares, que sin duda deleitarán su paladar.