Situada a 1.860 metros de altitud en el corazón del Macizo de las Grandes Rousses, la estación de Alpe d'Huez le espera durante todo el año para disfrutar de unas vacaciones desafiantes. Este tranquilo pueblo, que se remonta a la Edad Media, se convirtió a principios del siglo XX en un centro de deportes de invierno y verano de renombre mundial.
La aparición de la estación de esquí se remonta a la década de 1920 y fue el punto de partida para la metamorfosis del municipio en un importante destino turístico en los Alpes franceses. Su área de esquí domina los valles de los Oisans, ofreciendo magníficas panorámicas a los esquiadores. También se beneficia de un sol muy bueno, lo que hace de Alpe d'Huez un municipio donde la vida es buena en cualquier época del año. Por último, ofrece a los amantes del esquí más de 130 pistas de todos los niveles. Una de las más conocidas, la Sarenne, está considerada como una de las pistas más largas de Europa. Recomendado para esquiadores experimentados, su descenso de unos 16 kilómetros llevaría más de una hora. Otra pista famosa en la estación, el Túnel sólo es accesible a esquiadores destacados que buscan emociones.
El deporte es el principal atractivo del municipio y también es el centro de atención durante el verano. El Palacio de Deportes y Congresos ofrece más de treinta actividades deportivas para todos los gustos. En el programa: bádminton, baloncesto, aquagym, tiro con arco, natación, escalada, entrenamiento con pesas, fitness.... Disfrute también del aire fresco de la montaña en la escuela de equitación o en los campos de golf del resort. En verano, Alpe d'Huez se convierte en un lugar popular para muchos eventos deportivos. Por nombrar sólo una, la Megavalanche, un evento de ciclismo de montaña de renombre internacional, se ha celebrado allí todos los años desde 1995. Se trata de un descenso maratoniano del glaciar Sarenne que reúne a numerosos ciclistas de diferentes nacionalidades.
Con siglos de antigüedad, el pueblo de Alpe d'Huez se enorgullece de compartir con ustedes su larga historia. El museo de Huez y de l'Oisans permite descubrir sus orígenes a través de las historias de los mineros que crearon el pueblo, conocido en la época como Brandes, para explotar la mina de plata. Después de esta visita, es imprescindible visitar el sitio arqueológico de Brandes para descubrir los restos de este pueblo medieval, el más alto de Europa.