Región de sol y amplios espacios, Languedoc-Rosellón le invita a disfrutar de innumerables actividades al aire libre en todas las estaciones. Con su extraordinario patrimonio y su generosidad, también invita a degustar otros muchos placeres.
En Languedoc-Rosellón, lo primero es la llamada del mar. Con más de 200 kilómetros de playas, el litoral mediterráneo ofrece un amplio espacio para el descanso y el ocio. En el programa: holgazanear en la cálida arena, navegar, hacer jet-ski, practicar windsurf en Leucate o Le Barcarès, bucear por la Côte Vermeille, hacer excursiones en barco por la Costa Brava... pero también largos momentos de relax en uno de los numerosos centros de talasoterapia (Cap-d'Agde, Port-Camargue...). En el interior, las hermosas colinas y altiplanos son una verdadera invitación al senderismo, la bicicleta de montaña, la escalada, el ala delta... En las gargantas de los ríos Aude, Orb y Tarn y en los torrentes pirenaicos, los aficionados al piragüismo, el kayak y el rafting pueden divertirse en un entorno extraordinario.
Una forma original de descubrir el Languedoc-Rosellón es recorrer el Canal du Midi. En barco, o a pie y en bicicleta por el camino de sirga, descubrirá una de las vías navegables más bellas de Francia, clasificada como Patrimonio Mundial de la Unesco y llena de excepcionales estructuras de ingeniería. Por el camino, deténgase a admirar la ciudad medieval de Carcasona, sus magníficas murallas y su castillo, haga una excursión para visitar algunos castillos cátaros (Villerouge-Termenes, Termes...), aprecie, en Narbona, el antiguo palacio de los arzobispos, hoy transformado en museo arqueológico, y, en Béziers, las sorprendentes esclusas de Fonserannes.
A pocos kilómetros de Montpellier, no se pierda el mágico lugar de Saint-Guilhem-le-Désert, uno de los pueblos más bellos de Francia. En un entorno suntuoso y salvaje, le conquistará esta ciudad medieval y su abadía, verdadera joya del arte románico languedociano. Pero muchos otros lugares merecen una atención especial: el Pont du Gard, el Palacio de los Reyes de Mallorca en Perpiñán, Collioure y su castillo real, los parques de animales de Lozère, el observatorio de Mont-Aigoual... Aproveche todas estas excursiones para degustar la soleada gastronomía de Languedoc-Rosellón: almejas, ostras, mejillones de Bouzigues, tielle, picholine, pelardón de Cévennes, queso azul de Causses y los famosos vinos de la región: Fitou, Corbières, Banyuls, Maury...